Este vídeo de Seijo sobre los tropos y su uso me ha parecido bastante bueno, porque no es solo para juegos de rol.
De todas maneras, por la parte rolera, me ha hecho pensar en la queja que siempre he tenido hacia uno de mis personajes, Ewnyl Forgranito, a la que siempre he puesto como una enana promedio: herrera, guerrera, amplia barba... Obviamente, yo llevaba el personaje, así que la responsabilidad es mía.
Pero luego me ha hecho pensar otra vez en que subvertí bastante al trasladar, aunque no fuese intencionado, mis propias inseguridades y hacer que ella se enfrentase a esto de una forma que un martillo de guerra no le serviría. Ayudaba su trasfondo de ser una de las pocas supervivientes de su compañía de mercenarios, que cayó en desgracia con la muerte de su líder.
Y me sorprendió, porque me ayudó no solo a entenderme mejor, sino también a encarrilar a un personaje que parecía destinado solo a aporrear.
Y aunque intentase hacer algo original con Tete Petate, por eso de ser un guía turístico en una ciudad costera, también es verdad que trasladé al personaje características negativas que se suelen asociar a los mapaches y otras alimañas, como que son unos ladronzuelos y unas malas bestias bajo su aspecto adorable (no son turbocapitalistas, pero Tete sí). Así que cuando descubres que en el fondo es majo y que, pese a su cobardía, ayudará a sus colegas, te pilla desprevenido.
Y bueno, a ver qué pasará con Rado Rocafría, enano cervecero y alquimista que aspira a tener su propia taberna. Ya están ahí mezcladas cosas nuevas con clichés, lo importante es ir viendo qué pasará (y cuánto vivirá).
Es decir, los clichés, los tropos, si no abusas de ellos, no son malos en absoluto. Tratar de ser original no es sencillo, todo está inventado, como dicen, y tú puedes aportar algo con el tiempo, sí... Pero también es verdad que esos lugares comunes pueden ayudarnos a alcanzar ese punto más propio, y no, no hay que despreciarlos.
https://youtu.be/UePNXlJFm7U
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