FIFA ignora riesgos en Mundial 2026
La FIFA enfrenta crecientes señalamientos por permitir abusos sistemáticos. Autoridades no han implementado salvaguardas mínimas.
Por José Víctor Rodríguez | Reportero
A un año de la Copa Mundial Masculina de 2026, la Sport & Rights Alliance exigió a la FIFA acciones concretas para proteger los derechos humanos. Señaló que los países anfitriones —Estados Unidos, Canadá y México— no han cumplido con los compromisos asumidos al postularse.
La alianza subrayó que se han incrementado los ataques contra migrantes, personas LGBTI, periodistas y activistas. Reclamó que el organismo rector del fútbol mundial no garantizó condiciones mínimas de seguridad e inclusión.
Riesgos en migración y entrada
Las políticas migratorias estadounidenses impidieron la entrada de aficionados provenientes de países vetados. Estas medidas, amparadas en la Ley de Enemigos Extranjeros, violaron compromisos de inclusión asumidos ante la FIFA.
Aunque el presidente Donald Trump eximió a los equipos clasificados, la afición y personal de apoyo siguen en riesgo. Los controles fronterizos selectivos generaron incertidumbre y afectaron la planificación logística del torneo.
Minky Worden, de Human Rights Watch, pidió a la FIFA actuar ante políticas excluyentes. Añadió que estas medidas deben ser revocadas si se desea garantizar un torneo verdaderamente global.
La FIFA respondió en junio que dialoga con autoridades, pero no especificó qué medidas concretas exigirá. Hasta ahora, no ha establecido criterios verificables ni sanciones ante posibles incumplimientos.
Represión y censura
Durante el último año, el gobierno estadounidense reprimió protestas vinculadas a los derechos palestinos. La Guardia Nacional intervino movilizaciones y revocó visados a estudiantes activistas.
Organismos civiles acusaron a la FIFA de guardar silencio ante estas represiones. En lugar de alzar la voz, repitió posturas ambiguas sobre el respeto a las leyes locales.
Daniel Noroña, de Amnistía Internacional USA, denunció el uso político del torneo para ampliar vigilancia. Afirmó que esto podría vulnerar derechos de manifestantes, periodistas y aficionados.
En el Mundial de Qatar, la FIFA prohibió expresiones políticas en estadios. Confiscó banderas arcoíris y retiró carteles feministas. Se teme que repita esta conducta en 2026.
Violencia contra comunidad LGBTI
La alianza señaló que tanto Estados Unidos como México enfrentan crisis de violencia y discriminación hacia personas LGBTI. Denunció leyes restrictivas en varios estados norteamericanos y omisiones graves en el país latinoamericano.
El aumento de discursos de odio, especialmente contra personas trans, ha sido promovido por autoridades y legisladores. En eventos masivos, esto podría generar ataques o exclusión directa.
Gurchaten Sandhu, de ILGA World, urgió a la FIFA a exigir la revisión de leyes discriminatorias. Reclamó medidas para asegurar la participación sin miedo de jugadoras, trabajadores y afición diversa.
En México, los niveles de violencia transfóbica alcanzaron máximos históricos. Las instituciones no implementaron planes integrales de protección, ni garantizaron acceso seguro a espacios deportivos.
Libertad de prensa bajo amenaza
En el ámbito periodístico, el Mundial presenta riesgos específicos. México figura entre los países más peligrosos para informar, con asesinatos impunes y agresiones sistemáticas.
En Estados Unidos, periodistas han sido vigilados, detenidos y vetados por razones políticas. Las restricciones podrían multiplicarse durante el torneo, según alertó Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Antoine Bernard, vocero de RSF, pidió medidas urgentes de protección para reporteros. Llamó a garantizar el ingreso sin obstáculos, así como condiciones adecuadas para cubrir manifestaciones.
Advirtió que si no se actúa con prontitud, el evento se celebrará bajo un clima de censura, exclusión y violencia estructural.
FIFA en silencio ante abusos
Aunque los documentos oficiales de la FIFA reconocen la responsabilidad de respetar derechos humanos, en la práctica ha permitido reiteradas violaciones.
La Sport & Rights Alliance acusó que no se han impuesto condiciones vinculantes a los gobiernos anfitriones. Exigió plazos claros y garantías verificables de no repetición.
La FIFA se limitó a declaraciones generales sobre su compromiso con la inclusión. No ha fijado mecanismos independientes de monitoreo ni sanciones ante abusos comprobados.
El lema “el fútbol une al mundo” se ve contradicho por políticas que excluyen a millones. Las alianzas civiles urgen una reforma estructural del modelo organizativo de la FIFA.
Exigencias urgentes a la FIFA
La alianza exigió que la FIFA condicione la realización del torneo al cumplimiento de estándares internacionales de derechos humanos.
Propuso crear un comité independiente que supervise el respeto a libertades civiles, laborales y de género en todas las sedes.
También solicitó auditorías públicas sobre las condiciones de trabajo en estadios, hoteles y servicios asociados al evento.
Si estas demandas no son atendidas, organizaciones internacionales podrían boicotear actos oficiales. La legitimidad de la FIFA podría quedar severamente dañada. –sn–
FIFA
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