Relato «Trío de Amor»
Imagen generada por IA
Kevin, Amelia y Fernanda se conocieron en una fiesta en un pequeño bar del centro de la gran ciudad. En un club nocturno donde la música vibraba en el aire y las luces de neón pintaban sombras danzantes sobre las paredes. Kevin, un hombre de 30 años de espíritu libre y mirada intensa, no tardó en notar a Amelia y Fernanda, dos bellas mujeres jovenes de 20 años, irradiaban una energía magnética. Amelia era extrovertida y apasionada, mientras que Fernanda tenía un aire más reservado, pero con una profundidad que intrigaba.
Kevin se acercó a las jovenes y la conversación entre los tres fluyó con naturalidad, como si se conocieran desde siempre. Hablaron de sus sueños, sus miedos y lo que esperaban de la vida. La conexión fue instantánea y poderosa, algo que ninguno de ellos había experimentado antes. Al final de la noche, decidieron continuar la velada en un café cercano, donde el ambiente era más íntimo.
En el café, la charla se tornó más personal. Kevin compartió su visión del amor como algo libre y sin ataduras, una idea que resonó profundamente tanto en Amelia como en Fernanda, a las que les encanto la idea. Las miradas se volvieron más intensas y las sonrisas más cómplices. Fue entonces cuando Fernanda propuso continuar la conversación más intima en su apartamento, donde podrían estar más cómodos.
Al llegar al apartamento de Fernanda, el ambiente cambió a uno lleno de expectativa y emoción. Se sentaron juntos en el sofá, compartiendo una botella de vino mientras la conversación se deslizaba hacia temas más íntimos. La tensión era palpable, pero no incómoda; era una sensación de descubrimiento mutuo.
La noche avanzó y lo que comenzó como una simple atracción se transformó en algo más profundo. Los tres entendieron que estaban al borde de una relación única y especial. Decidieron explorar esta conexión sin miedo ni prejuicios, conscientes de que estaban construyendo algo poco convencional pero auténtico, entonces ellos tres dicho mas claramente hicieron el amor, en un goce y placer cómplices entre los tres.
A partir de esa noche, Kevin, Amelia y Fernanda comenzaron a vivir una relación poligámica basada en el respeto mutuo y la libertad emocional. Descubrieron que el amor no tiene por qué limitarse a dos personas y que es posible crear vínculos significativos fuera de las normas tradicionales. Su historia es un testimonio de la diversidad del amor y del valor de seguir el propio corazón.
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