cuando el poema empieza
a rascar los restos al fondo
de la olla el agua que sabe
a metal cuando arranca
siempre con la palabra púa
y parece decir obediente
lo que ya ha sido
dicho ayer sobre una puerta
incapaz de abrise al jardín
despeinado a la tensión
vértigo de querer acariciar
animales extintos
cuando se retuerce y posa
sacacorchos culebra espuma
de plástico cuando deja
regusto a cosa regurgitada
cuando el poema no es
lata que bosteza ni puente
hacia tres orillas canción
para hablar del escorzo
o del cuerpo que aguarda
entonces mejor no insistir
llamar al forense destapar
la cripta y poner las ganas
en remojo
mejor poeta callado
que expendedor de versos