RESEÑA
En el año 2381 la humanidad vive en mónadas urbanas que se componen de infinidad de rascacielos. La vida vertical es la única capaz de soportar a más de setenta mil millones de personas que se reproducen sin cesar desde la adolescencia. Un entorno tecnológico y sostenible donde no reproducirse es considerado una abominación, y tener malos sentimientos “esteriliza”. La libertad sexual y el uso de drogas forman parte de la vida diaria de miles de personas que pertenecen a clases diferentes en función de la planta en que se encuentren. Siegmund Kluver es un adolescente ambicioso que tiene todo lo que puede desear, hasta que de pronto, algo hace clic en su cabeza. ¿Qué hay más allá de las monurbs? ¿Qué queda del mundo anterior?
“El mundo interior” es una novela de ciencia ficción de Robert Silverberg que critica de forma magistral asuntos como la sobrepoblación, la religión y el exceso de libertad. Un mundo donde todos duermen mecidos por las comodidades, y el que se sale del plan va a parar a las “tolvas” para generar combustible que alimente a la ciudad. Un elenco de personajes interesantes con diversas inquietudes que, de una forma u otra, no se contentan con el mundo vertical. Narrado con irreverencia a través de capítulos largos pero hipnóticos, el autor nos hace partícipes de su aterradora propuesta de futuro.