Me llama la atención lo poco que se habla del modo en que la publicidad se cuela en la educación pública y los profesores podemos llegar a ser, precisamente, sus facilitadores.
Mi preparador de oposiciones tiene un canal de YouTube donde sube vídeos dedicados a explicar filósofos. Él no cobra un solo céntimo, no lo tiene monetizado, pero eso no priva a YouTube de que emita publicidad en sus vídeos. Alumnos suyos de instituto, a veces, ven sus vídeos (él no los manda como obligatorios, pero informa de que existen por si a alguien le sirven para estudiar). Pues bien, YouTube los disemina de publicidad sobre trading y “formaciones” para aprender a invertir y hacerte rico.
Pero es que podemos llegar a meter la publicidad directamente en el aula cada vez que vamos a proyectar un vídeo sacado de YouTube y no lo hemos descargado o no usamos un adblocker o una aplicación tipo FreeTube, que elimine los anuncios.
Me parece que debería ser un problema ético de primer nivel y sin embargo ni en el máster ni en ningún sitio he oído hablar de esto. Si no nos parecería ético en ningún caso que salieran banners publicitarios en los libros de texto, ¿por qué no nos preocupa tanto cuando empleamos curricularmente materiales digitales?