(...) Para demostrar que yo he llamado a Pedro Sánchez ofreciéndole un jugoso soborno, no vale que yo muestre en mis registros de Movistar una llamada al 915432876, sino que tengo que demostrar que ese número pertenece a Pedro Sánchez (lo cual es improbable, dado que me lo acabo de inventar).
En cambio, por alguna razón misteriosa, jueces, abogados, fiscales, directivos de empresas, departamentos de ventas, tienen fe ciega en direcciones de correo apuntados de oído por comerciales, cuando no directamente inventados para poder continuar un proceso de contratación en que se solicita un email a gente que solo usa el whatsapp.
Verificar un email cuesta tanto como mandar un único email. Y puede salvarte de estar meses pagando a Mailchimp (o a quien sea) para enviar mensajes que no llegan a ninguna parte, o que, peor aún, revelan información privada a terceros.

