Llevo un tiempo sin comentar cómo vamos de partidas roleras...
-El oneshot de Pathfinder Salvaje, que nos llevó varias sesiones, acabó bastante mejor de lo que pensamos. Nos pegamos con lagartos gigantes, nos cargamos un chamán kobold zombi para tristeza de su ratón sirviente, huimos de un caldero viviente, casi nos zampa una araña gigante, casi nos matan unos esqueletos y repartimos estopa entre lobos. Y encima nos llaman héroes, ¡héroes os digo!
-Las señoras de Brindlewood Bay siguen resolviendo misterios, pero ahora las cosas chungas y menos simpáticas se abren paso, mientras nuestras señoras empiezan a meterse de lleno en algo que les viene grande... pero no se van a echar atrás.
-En 50 Brazas, tras tener discusiones sobre nuestro próximo destino, nos dirigimos al norte, a tierras heladas, para reaprovisionarnos, no sin antes pasar por una tormenta que casi se carga a mi cirujano/hechicero kraken. Menos mal que tenemos otro cirujano y al posible interés romántico de mi personaje para salvarlo. Y ahora a pasar frío mientras compramos comida y abrigo.
-Y en Saltmarsh nos toca ir en busca de nuestra amiga y ayudarle en un asunto familiar, que supone encontrar a un ser legendario para cumplir cierto deseo. Y, mientras tanto, buscar cazadores perdidos mientras nos las vemos con un elusivo y peligroso engendro lupino... al que hemos hecho retroceder porque tenemos más peligro que una piraña en un bidé (gracias a dos críticos con armas mágicas), pero ahora viene su fase 2.
En fin, unos meses entretenidos, y se agradece.
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