255- El móvil, arma de doble filo
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Hola. ¿Qué tal, cómo estás? Soy Carlos Vitesse, y te doy la bienvenida, a una nueva entrega de Bitácora Mental.
Hace unos días compartí en redes sociales un artículo, donde se informaba que los Mossos d’Esquadra, -la Policía autonómica de Catalunya-, habían abierto un apartado en su página web, para que las personas que hayan sufrido el robo de su móvil en los últimos tiempos, tengan la posibilidad de recuperarlo, en el caso de que se encuentre dentro de los más de 1.000 dispositivos, que el cuerpo consiguió incautar en diferentes operaciones contra la delincuencia, durante el mes de julio.
Para comprobar si está el tuyo está en poder de los Mossos, aquí tienes un enlace directo a la página en la que hay que ingresar el número de IMEI de tu teléfono, y en caso de coincidir con alguno de los recuperados, seguir las instrucciones que se te indiquen.
La verdad es que este asunto me dio curiosidad, y estuve investigando un poco sobre la cantidad de móviles que se roban en España cada año. Y resulta que son unos 250.000, teniendo a Madrid y Barcelona, como las dos ciudades con mayor actividad delictiva de ese tipo. Pero obviamente, esta clase de robos se dan a diario en todo el país, siendo el verano la época preferida de los amigos de lo ajeno.
Pero ojo que “el negocio” funciona todo el año, porque siempre hay algún concierto, feria, manifestación, aglomeración en el transporte público, o lo que sea donde se junten unas cuantas personas, y se den las condiciones para delinquir.
Y estaba viendo, que en los primeros seis meses de este año 2025, en Catalunya se llevan robados unos 28.000 móviles. El dato es hasta junio, así que la segunda parte del año, cuando incluyan lo del verano, la cantidad va a ser mucho peor.
Sobre el destino de los dispositivos, se comenta que antes iban hacia diferentes países de África, pero ahora la mayoría los envían a Marruecos, y otros terminan en algún país asiático. Las informaciones dicen que una vez el delincuente consuma el delito, suele apagar el móvil, y envolverlo en papel de aluminio para que no pueda ser rastreado, momento en que comienza el viaje hasta el destino elegido.
De los móviles robados, un porcentaje no son bloqueados, o sus dueños no consiguen hacerlo, y obviamente el contenido de esos dispositivos, con todos los datos personales de quien fuera su usuario, quedan en una situación de peligro máximo.
En cuanto a los dispositivos que sus dueños bloquean tras el robo, me llamó la atención el dato de que los delincuentes se las ingenian y consiguen desbloquear miles de teléfonos, habiéndose comprobado que en muchos casos contactan con el dueño legítimo, y con software o engaños del tipo que sea, consiguen robarle desde el propio teléfono, haciendo compras, movimientos bancarios, etc. Por eso, no todos los móviles se borran inmediatamente para volver a venderlos, sin rastro del usuario anterior. Y vale recordar que lo del bloqueo por IMEI, funciona en la Unión Europea, pero una vez los móviles llegan a Marruecos, la cosa cambia.
Se dice también que solo un 20% de la gente tiene seguros, porque ya sabemos como es esto. Contratarlos es la parte más fácil, pagarlos cuesta -o duele-, un poco más, pero a la hora de poder cobrarlos, ya depende mucho de la letra pequeña de las pólizas y sus coberturas, que muchas veces tienen sorpresa.
Pero redondeando el asunto, y más allá de datos delictivos, sistemas de bloqueo, rastreo, y demás cuestiones tecnológicas que puedan funcionar o no, a mí realmente lo que me interesa, es reflexionar sobre si es necesario llevar en la mano, toda nuestra vida.
¿Realmente alguien cree que está a salvo de que le roben el móvil, o en caso de que ocurra, no verse perjudicado por el uso de la información que contiene?
En lo personal, tengo que decir que me gusta la tecnología, pero me gusta mucho más la seguridad, y sobre todo la privacidad, incluso a costa de la comodidad. Porque un móvil puede ser tu mejor aliado, pero en un segundo, convertirse en la peor de tus pesadillas, y arruinarte de por vida.
Puede que suene un poco exagerado, pero no lo digo por decir, hablo desde la experiencia, y no voy a entrar en detalles, pero la situación que me tocó vivir, no se la deseo a nadie.
Hay que tener en cuenta que desde hace varios años, ya no se roba solo por el precio del dispositivo, les sirve cualquier móvil, porque la información que contiene, puede ser mucho más valiosa. Por tanto, reitero, ¿vale la pena esa comodidad de llevar todo encima, frente al riesgo real que existe ahora mismo?
Puedo entender que por trabajo o algún otro motivo, alguien diga que no es capaz de no tener “su vida” en el móvil, pero estoy convencido de que en la mayoría de los casos, se puede hacer, y a cualquier edad.
Estamos demasiado acostumbrados a no cuestionar, y aceptar todo lo que se nos propone, en favor de la comodidad e inmediatez. Pero no nos engañemos, los que mueven los hilos de la sociedad actual, lejos de llevarnos a la libertad en su máxima expresión, solo buscan hacernos esclavos en todo sentido. Y eso está ocurriendo a diario, ahora mismo.
Dependiendo de tu edad, lo que te voy a contar te va a sonar: imposible, retrógrado, de persona decrépita, o vaya a saber lo que pueda pasar por tu cabeza, pero yo lo llamo simplemente sentido común, dentro de una postura de resistencia lógica, mientras sea posible.
Ya sé que soy raro, -y habrá otros-, pero por ejemplo, en mi móvil no utilizo aplicaciones de bancos, no tengo tarjetas asociadas, no hago pagos, nunca he utilizado Bizum, no tengo aplicación de Amazon, ni compro nada desde el móvil. Tampoco llevo digitalizados documentos, aplicaciones que los incluyan, o certificado digital. Nada de nada.
¿Por qué me manejo así? Porque reitero… para mí, la privacidad y los datos personales son lo más importante, porque sé lo que puede pasar, al haberlo vivido en carne propia.
Entonces, teniendo en cuenta “como está el patio”, creo que podría ser un buen momento para tomarse un respiro, y preguntarse, ¿de verdad es necesario llevar encima todo esto que llevo? ¿No es posible hacer cosas en casa, en otro horario? ¿Me cambia la vida no estar conectado cada segundo? ¿Qué tengo para perder, y que tengo para ganar en la forma que hago las cosas?
Sé que es un tema complicado, y probablemente lo que dije, se encuadre en lo que se llama una opinión muy impopular. Pero no busco convencer a nadie, ya somos todos mayorcitos como para saber lo que cada uno tiene que hacer. Se supone que ya hace mucho tiempo, que dejamos atrás aquellos días en que alguien te decía, “no hagas eso porque te va a pasar tal cosa”, y terminábamos aprendiendo, de la peor forma.
Así que esto es lo que te quería comentar hoy en Bitácora Mental. Muchas gracias por tu tiempo al escuchar o leer este contenido, y te espero en el próximo.
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