Brasil, Orlando Calheiros: Nunca he visto tantos “activistas” y tan poco activismo.
Si buscas en el diccionario no encontrarás la palabra “delusional”, al menos no todavía. Se trata de un extranjerismo reciente, acuñado para designar a personas inmersas en una peculiar forma de alienación: eternamente atrapadas en un mundo ideal, que poco o nada tiene que ver con la realidad. Viven esperando o persiguiendo lo “mejor”, ignorando activamente cualquier aspecto concreto que los desafíe a salir de esta fantasía.
Desgraciadamente, es un término que podría definir ciertas corrientes de la izquierda contemporánea. O como dicen los más jóvenes, “delulu”.
Por un lado, está la ilusión de militancia virtual, que confunde convenientemente posts con posicionamientos políticos, transformando eslóganes o incluso la mera presencia en redes sociales controladas por adversarios en supuestos actos de resistencia. “Somos todo esto, somos todo aquello, todos somos activistas” —como si autoproclamarse fuera suficiente.
Lo he dicho antes: nunca he visto tantos “activistas” y tan poco activismo.
Al fin y al cabo, esta legión de “militantes delulu” rara vez se traduce en una presencia concreta en los territorios, sobre todo en acciones que no generan likes ni historias. Incluso el “activista de protesta” —aquel que asistía a eventos sólo para publicar su propia foto en las redes sociales— se está convirtiendo en una especie en peligro de extinción.
La otra cara de la moneda es el “realpolitik de sillón”. Este sujeto, igualmente prisionero de una praxis virtual (es decir, inexistente), se limita a la defensa incondicional de cualquier acto de su político favorito, ya sea Lula o Ciro Gomes (el “¿murió o se fue a la TV Record?”). Mientras que los delulu confían en sus propios actos online, los realpolitik idolatran las acciones de sus líderes como dogma. Todo lo que dice el “mesías” es verdad absoluta, aunque contradiga sus propios ideales o discursos anteriores.
Ambos lados comparten el mismo vicio: el egocentrismo virtual. Se radicalizan fuera de su propio ombligo, hablando cada vez más consigo mismos, distanciándose de la realidad y de las personas que viven en ella. Ante la ineficacia de sus acciones, culpan al mundo real y a sus habitantes: después de todo, si la realidad no se doblega ante sus hashtags o la retórica de sus ídolos, el problema está en ellos, nunca en su praxis fantasma. El problema es la supuesta inclinación natural de los brasileños hacia el fascismo, que la derecha es invencible, que Júpiter está retrógrado… Para variar, ambos se odian, ambos acusan al otro de vivir en sus propias “burbujas”.
Al final, ambos contribuyen por igual a la desmovilización en las bases, en los territorios.
Orlando Calheiros
¿Qué es ser “delulu”/»delusional»?
La palabra “Delulu” viene de “delusional”, que a su vez significa “delirante”. El término como una mentalidad en la vida significa expresar que sólo cosas buenas te suceden y te sucederán en tu vida, y que lograrás todo lo que desees. Es como una “ley de atracción” –combinada con una confianza extrema– en tus sueños y deseos.
CNN Brasil
#activistas #delulu #delusional #militantes #militantesDeTiktok #orlandoCalheiros