«sanewashing . Sane: por sano, cuerdo, sensato . Lavado: por blanqueo , blanquear o disimular algo. Podríamos definirlo entonces como el arte de blanquear lo insensato.»
«Dar un aire de sensatez a lo que no es más que una locura»
Sanewashing: El arte de suavizar a los fascistas
«El sanewashing consiste en minimizar los aspectos percibidos como radicales de una persona o idea para hacerla más aceptable para un público más amplio. El término se acuñó inicialmente en debates en línea sobre la desfinanciación de la policía en 2020, pero ha cobrado mayor relevancia en la crítica a las prácticas mediáticas relacionadas con Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024. Organizaciones periodísticas y comentaristas de medios han sugerido medidas que tanto lectores como escritores pueden tomar para mitigar el sanewashing.»
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Son varias notas adonde aparece ese concepto!
«El jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, lo llama sesgo hacia la coherencia. “Funciona así: Trump suena como un loco, pero no puede estar loco, porque es el candidato presunto a la presidencia de un partido importante, y ningún partido importante nominaría a alguien que está loco”, escribe en su boletín. “Por lo tanto, es nuestra responsabilidad suavizar su retórica, identificar cualquier atisbo de significado, tomar a la ligera sus declaraciones extrañas y racionalizarlas”. Rebecca Solnit tiene una etiqueta mejor: sanewashing. “Su incapacidad para ser coherente queda prácticamente oculta para el público, a menos que estén escuchando directamente o leyendo medios alternativos”, dice. En nuestro esfuerzo por mantener el sentido, por gestionar la disonancia cognitiva que domina la campaña, estamos haciendo luz de gas al lector. Esta situación, hasta entonces paradójica, se volvió insostenible cuando esos mismos medios le cortaron la cabeza a Biden por perder el hilo en el debate presidencial del 27 de junio en la CNN.»
Trump no es un Genio del Mal
Lo de Luz de Gas suena algo feo, como a traducción automática!
«Hacer luz de gas,[1] del inglés gaslighting,[2] es una expresión que hace referencia a un tipo de maltrato emocional en el que una persona manipula a otra[3] para que esta dude de sus percepciones y cuestione su propia realidad.[4][5]»
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Otra definición, tal vez un poco más clara:
«En esta campaña se ha acuñado el término “sanewashing”, que es la traducción que hacen los medios de comunicación de las palabras de Trump a un idioma cuerdo. Sobre todo los progresistas, por miedo a parecer sesgados con lo que sería la transcripción literal de sus desvaríos, digresiones, cambios de tema, obsesiones, frases sin final coherente y, por supuesto, mentiras e insultos. Pero en esta campaña los políticos republicanos están haciendo gran parte del trabajo en entrevistas televisivas. Sobre todo el candidato a la vicepresidencia, J. D. Vance, que se ha convertido en el Traductor en Jefe de Trump. Todas las escenas siguen un guion parecido: primero se niega que Trump haya dicho tal cosa con un “enséñame la cita”. Se la enseñan, porque existe, y luego se intenta explicar lo inexplicable. Por ejemplo, Vance aseguró que la expresidenta del Congreso, Nancy Pelosi, no es uno de esos “enemigos interiores”. Pero es que a Trump le preguntaron directamente en otra ocasión, por clarificar, y dijo que sí, que Pelosi lo es. Y así con todo.»
Los Traductores de Trump
«Para situarse en un terreno intermedio, los llamados medios de comunicación tradicionales, que están vinculados a intereses empresariales, tienen miedo de perder el acceso al poder y desean mantener un tono de moderación y continuidad, han decidido recurrir a las paráfrasis. Los berridos racistas, xenófobos y misóginos y las frases incoherentes de Trump pasan a ser declaraciones fluidas y racionales. La técnica tiene un nombre: sanewashing, dar un aire de sensatez a lo que no es más que una locura. Varios periodistas —entre ellos Paul Krugman, excolumnista del periódico— han acusado a TheNew York Times de caer en ello.
Los grandes medios de comunicación, colaboracionistas.»
El Fascismo En Estados Unidos
Más cercano, Claudia Piñeiro lo define, usando las columnas anteriores:
«Más allá de Hustvedt y Trump, por estos pagos los ejemplos sobran. Suelen ser palabras sueltas o usos metafóricos que describen un largo arco de lo repudiable. Podemos mencionar: “mandriles” –que nuestro presidente usa para señalar que son animales que tienen su parte trasera colorada–, “degenerados”, “infradotados”, “mogólico”, “mis rubias voluptuosas”, “ser siniestro”, “repugnante”, “hijo de re mil putas”. En cuanto a las metáforas, son abundantes las referidas a orificios anales violentados que necesitan “Adermicina” –un producto utilizado para tratar las hemorroides–, las referencias al tamaño del miembro viril de un burro, o las alusiones a algún que los que no pensamos como nuestro presidente tenemos algún elemento extraño adentro –un palo, una estaca, o lo que fuera– que los supuestos vencedores nos introdujeron por la fuerza a través de orificio de nuestro cuerpo. »
Sanewashing: El arte de suavizar a los fascistas
Y si, es todo un tiempo horrible y me quedo pensando:
¿Cuál es el adjetivo para quienes justifican la explotación de litio, petróleo, fracking, soja, etc. etc. diciendo que con eso vamos a crecer y todos seremos menos pobres?
Y eso es algo que une a la extrema derecha y a los progres Lula quiere extraer petróleo de la desembocadura del Amazonas! Algo que es sumamente peligroso para todo ese inmenso ecosistema!
¿Cómo se les llama a las personas que justifican todo ese riesgo o minimizan el colapso climático que se nos viene/(¿vino?) encima? Como las terribles lluvias en Buenos Aires
Ejemplos de ese específico tipo de Sanewashing En casi todas las emisiones de Radio Con Vos»
«Ops, es un buen punto.
Esto del «sanewashing» suena a un caso típico de intento de criticar en base a una superioridad moral (en este caso, basada en la «razonabilidad»: «ellos están locos, nosotros no»). Y claro, siempre esto tiene patas cortas.
Porque, en este caso, hablar de «sanewashing» tiene tres premisas:
- la ultraderecha basa su discurso en disparates;
- hay quienes, pese a saber esto, los minimiza, por conveniencia;
- a nosotros, que denunciamos tanto los disparates como a quienes los minimizan, nos asiste la razón.
El problema es que:
- a. es verdad,
- b. podría serlo o no (no es seguro que quienes minimicen los disparates de la ultraderecha lo hagan sabiendo que son disparates y no creyendo, al menos en parte, que son cosas razonables) y
- c. es claramente un tema de autopercepción, con lo cual no es una premisa válida para ningún argumento.
Digo que es un tema de autopercepción, porque, por ejemplo, los ultraderechistas también pueden pensar que les asiste la razón (de hecho lo piensan y lo dicen), sin que esto impida que efectivamente digan centralmente disparates.
Por otro lado, la razonabilidad de muchos que no son de ultraderecha es totalmente discutible, cuando, como bien planteás, hablan de fracking, litio y soja como soluciones no disparatadas. Todos temas con los que, curiosamente, la ultraderecha… está absolutamente de acuerdo.
Por lo cual, lo que distingue a la ultraderecha de buena parte de sus adversarios no es que diga disparates, sino que, además de los muchos disparates que comparte con ellos, dice otros particulares que le permiten tener hoy una ventaja política respecto de sus adversarios. Casi un temita de envidia, ya que en otras tantas cosas están desde siempre de acuerdo.»
Emi