🎭 Jaime Garza en 1977: pasión, arte y profundidad en escena
En los años 70, un joven actor comenzaba a destacar en el teatro mexicano por su intensidad y autenticidad. Hablamos de Jaime Garza, quien en 1977 fue entrevistado por la revista Bienestar mientras participaba en la obra Equus, interpretando a Alan, un adolescente con esquizofrenia.
Este artículo busca recordarlo con cariño ❤️ y compartir sus palabras, que hoy siguen inspirando.
🐎 «Equus» y la búsqueda del alma del personaje
Durante la entrevista, Jaime esperaba su turno para entrar en escena. Estaba completamente entregado a su personaje:
«Cuando leí la obra Equus percibí a Alan un cinco por ciento, pero lo descubrí en los ensayos. Su móvil es la pasión, y de ninguna manera puede ser frío.»
🔍 Para él, actuar no era repetir líneas, sino desentrañar la esencia emocional de cada personaje.
🎬 Teatro, cine y un sueño más allá del «galán»
En esa charla íntima, Jaime repasó sus primeros pasos en el mundo artístico:
«En el teatro encontré la forma de comunicarme. Hice varias obras experimentales, entre ellas Temporada en el infierno y El balcón, y profesionalmente participé en Vaselina, Naná y Los ojos del hombre.»
También habló de su incursión en el cine 🎥:
«Intervine en Canoa y en Hermanos del viento, en donde llevé un papel estelar.»
Pero su ambición no era ser el típico galán de telenovela. Tenía otro objetivo en mente:
«Mi mayor anhelo es llegar a ser un artista completo, pues de ninguna manera quiero ser ‘galán’.»
📚 Formación constante y técnica propia
Jaime Garza era un eterno aprendiz. Se tomaba muy en serio su formación como actor:
«Actualmente estudio danza, canto e idiomas, y cada vez que hay oportunidad tomo cursos con maestros extranjeros que llegan a México.»
Entre sus maestros estaban nombres legendarios como Dimitrio Sarras, Héctor Mendoza, Abraham Oceransky y Pilar Souza. Aunque soñaba con estudiar en Londres o Nueva York, no pudo conseguir beca por no haber terminado la carrera formal de teatro. Aun así, no dejó de prepararse ni un momento.
Sobre la técnica actoral, tenía una postura muy clara:
«No creo en ninguna técnica especial de actuación. Pienso que todas persiguen lo mismo: una sinceridad en escena y conmover al público.»
Y añadió algo que definía su estilo:
«En lo personal, he empezado a formar mi propia técnica, que consiste en llegar a lo más profundo de la personalidad de los personajes, a su verdadera esencia.»
✨ Un alma sensible: poesía, pasión y autenticidad
Además de actor, Jaime también amaba la poesía 📖. Tenía especial gusto por la obra de Sor Juana Inés de la Cruz, «la décima musa», lo cual no sorprende considerando que su madre fue la reconocida poeta Carmen Alardín.
Su sensibilidad artística se notaba en cada palabra. En cada gesto. En cada papel.
🌟 Jaime Garza, un legado que sigue vivo
Recordar a Jaime Garza es recordar a un actor que amaba su oficio, que buscaba la verdad en cada personaje y que se formaba con humildad, entrega y pasión.
Su paso por el teatro, el cine y la poesía dejó huella. Y hoy, con estas palabras del pasado, lo volvemos a escuchar. 🕊️
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